lunes, 28 de diciembre de 2009

3- Agυαѕ Bℓαи¢αѕ:


A través del instinto de la bola de cristal,
Cuestioné si era verdaderamente conveniente,
Arrojar la toalla. Resguardándome de la marea con la escusa,
De atravesar un naufragio de fragilidad en mis talentos.
Jamás olvidaré aquellos ojos…

Peino mis canosos cabellos frente a un espejo transparente,
Mi cuerpo yace entre las murallas de un invierno impermeable,
Tan líquido interiormente como la pálida nieve.
Las algas de algodón ahogan mi sentir,
Mi corazón graniza por ti. En ausencia de consuelo.

Ascendí el beso más cálido al viento,
Me sentía incapaz de aceptar que algo tan absurdo e insignificante,
Fuese a menudo la razón, de la más cruel tragedia.
Soplo suavemente mi espíritu por un acantilado de tergopor,
Hacia las termas de curación.

Peino mis canosos cabellos frente a un espejo transparente,
Mi cuerpo yace entre las murallas de un invierno impermeable,
Tan líquido interiormente como la pálida nieve.
Llora en amor no correspondido, ahogándose en lágrimas que no secan frente al recuerdo. Petrificado por aquella impotencia que te acalambra,
Y no te deja respirar con tranquilidad.

Reconociendo y afrontando mis errores,
Obtengo la fortaleza necesaria para sobreponerme a los atascos de la realidad.
Sueño profundamente, a la vera de las infinidades del espeso mar.
Aguardando una señal…
Aquella que anunciará, el emerger de mis emociones desde las tinieblas.

El emerger de mis emociones desde las tinieblas…

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